El clima y las condiciones ambientales cambian a lo largo del año, y nuestra piel necesita cuidados específicos en cada estación para mantenerse saludable. Aquí te dejamos una guía práctica para protegerla en primavera, verano, otoño e invierno:
Primavera: Renovación y protección
- Exfoliación suave: Ayuda a eliminar células muertas acumuladas durante el invierno.
- Protección solar: Usa un protector con amplio espectro y FPS 30 o más, incluso en días nublados.
- Hidratación ligera: Opta por productos con texturas ligeras y ricas en antioxidantes, como la vitamina C, para prevenir el daño solar y las manchas.
Verano: Defensa contra el sol y la humedad
- Protección intensiva: Aplica protector solar cada 2-3 horas y usa sombreros o gafas.
- Limpieza profunda: El calor puede incrementar la producción de grasa, así que limpia tu piel dos veces al día con productos suaves.
- Hidratación en gel: Prefiere productos hidratantes no grasos y enriquecidos con aloe vera o ácido hialurónico.
Otoño: Reparación y fortalecimiento
- Cuidado reparador: Introduce cremas con retinoides o AHAs para reparar daños solares.
- Hidratación rica: Con el descenso de temperaturas, elige cremas más nutritivas para evitar sequedad.
- Protección solar: Aunque el sol no sea tan fuerte, sigue usando protector diariamente.
Invierno: Nutrición y protección extra
- Cremas emolientes: Busca productos más densos que protejan la barrera cutánea.
- Evita agua caliente: Las duchas prolongadas con agua muy caliente pueden resecar tu piel.
- Labios y manos: Usa bálsamos labiales y crema para manos frecuentemente, ya que estas áreas sufren más resequedad.
Consejos generales
- Hidrátate todo el año: Beber suficiente agua es clave para una piel radiante.
- Consulta a un dermatólogo: Adaptar tus productos según tu tipo de piel y necesidades específicas siempre es lo mejor.